La situación de Valledupar, corregimientos y veredas



Columna para Diario el Pilón

Por: Carlos Andrés Cotes Maya


De las últimas mediciones de pobreza y la desigualdad en el país, las tasas muestran un aumento descomunal y Valledupar sigue apareciendo como una de las ciudades con mayores índices de desempleo, ocupando el puesto 11 a nivel nacional.

Las cifras que nos arroja el DANE, siguen siendo alarmantes en estos momentos, la desocupación se esparce brutalmente, acaparando a muchos microempresarios de todos los sectores económicos, a tal punto que han decidido cerrar sus negocios, y son muy pocos los que han logrado reinventarse y sacar adelante la fabricación y comercialización de sus productos. Todo parece indicar que más de 25.000 empleos se perdieron el semestre pasado en el municipio.

Unas de las fuentes de ingresos económicos mas importantes de esta región y que ha prosperado durante muchos años, es el turismo y la economía naranja; lentamente se han venido apagando y nuestros artistas no han encontrado el apoyo suficiente por parte de los gobiernos para salir adelante. El Producto Interno Bruto de este sector, que representa un gran porcentaje de la productividad de nuestra economía, ha sido una gran fuente de empleo durante décadas, hoy esta literalmente por el suelo.

En los corregimientos el contexto es inferior, después de ser grandes despensas alimenticias hace más de 30 años, para este tiempo se encuentran cubiertos por sombríos que acaparan los bajos niveles de productividad y el aumento de las tasas de pobreza alcanzan números indescriptibles. La calidad y cobertura en la educación de niños y jóvenes aún no se logra nivelar, comparándolos con las instituciones educativas del casco urbano.

De los 25 centros poblados que tiene Valledupar, 16 de ellos congregan 141 veredas; siendo la población rural dispersa la que cuenta con menos oportunidades sociales, encontrándose marginadas de las inversiones públicas, con deplorable acceso a los servicios públicos y otros problemas que alimentan progresivamente los índices de pobreza extrema en el municipio.

Es un gran reto para la Secretaría de Hacienda Municipal, buscar la forma y estrategias para recaudar y cobrar los impuestos suficientes y alcanzar un ingreso sostenible, para ser invertido en esta vigencia. Es recomendable que el plan de desarrollo municipal inicie su ejecución con inversiones sociales en comunas, corregimientos y veredas, con destinación  a la población más vulnerable, logrando detener las dificultades socioeconómicas.

Muy importante que los concejales, como coequiperos, logren concentrar esfuerzos para gestionar recursos, moviéndose en esferas nacionales, con el propósito de cubrir las zonas rurales y aisladas de Valledupar y, así lograr atender gran parte de la población en desventaja de tal forma que no se queden rezagados desde un recurso tecnológico, realizando control político en debates virtuales.


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