martes, 9 de diciembre de 2025

Prepararse para lo Imprevisto; un breve análisis del Manual de Supervivencia Urbana

                                                POR: CARLOS COTES MAYA

En tiempos de incertidumbre global, la supervivencia moderna ya no es solo un concepto reservado a quienes viven en zonas de conflicto o a los aventureros extremos. Hoy, cualquier ciudadano puede verse enfrentado a una crisis súbita desde un apagón prolongado hasta un colapso económico o un desastre natural, que ponga a prueba su capacidad de reacción. La supervivencia moderna no consiste únicamente en resistir, sino en adaptarse, anticiparse y mantener la calma ante lo inesperado. Se trata de comprender que la preparación es una forma de responsabilidad, tanto individual como colectiva.

En el Manual de Supervivencia Urbana, Fernando “Ferfal” Aguirre, plantea escenarios reales y posibles donde la vida cotidiana se transforma de un momento a otro. Un apagón total, por ejemplo, puede paralizar el transporte, las comunicaciones y los servicios básicos, generando caos en cuestión de horas. En esos momentos, la diferencia entre la desesperación y la serenidad depende de la preparación previa. Saber cómo iluminarse sin electricidad, almacenar agua de manera segura y asegurar los alimentos básicos puede determinar el bienestar de una familia. El autor insiste en que la planificación es la clave para sobrevivir al colapso temporal de una ciudad moderna.

Un punto esencial que subraya Aguirre es la necesidad de contar con un kit de supervivencia funcional y accesible. Este debe incluir elementos de primeros auxilios, linterna, baterías, herramientas multipropósito, encendedores, alimentos no perecederos, agua purificada y documentos esenciales protegidos en bolsas herméticas. Cada miembro de la familia debe conocer su ubicación y uso. La supervivencia familiar no depende solo del equipamiento, sino también de la coordinación y la capacidad de mantener la calma ante la emergencia.

Otro aspecto relevante es cómo enfrentar un colapso económico. El autor basándose en su experiencia durante la crisis argentina de 2001, describe cómo el dinero pierde valor rápidamente y los productos básicos se convierten en moneda de cambio. En tales escenarios, es fundamental diversificar los ahorros, tener provisiones y aprender a vivir con menos. El sentido de comunidad, el trueque y la cooperación vecinal se vuelven herramientas de resistencia más poderosas que el propio dinero.

Dentro del equipo de supervivencia, Fernando Aguirre,  recomienda un elemento muchas veces subestimado: el radio portátil. Este pequeño aparato, puede ser la única conexión con el mundo exterior cuando las redes de telefonía o internet colapsan. Permite conocer lo que ocurre, recibir instrucciones oficiales, alertas climáticas o simplemente orientarse ante la incertidumbre. En un entorno caótico, la información se convierte en una herramienta de supervivencia tan importante como el agua o los alimentos.

Finalmente, este autor, destaca la importancia del conocimiento básico en primeros auxilios y remedios caseros. Saber cómo detener una hemorragia, tratar una quemadura o desinfectar agua puede salvar vidas. Igualmente, conocer el uso de plantas medicinales y métodos naturales de curación brinda autonomía cuando el acceso a servicios médicos es limitado. La supervivencia urbana, en esencia, es un llamado a la conciencia: no se trata de vivir con miedo, sino de estar listos para cuando la normalidad deje de serlo.


PD: La Regla de Tres:

"No se puede vivir tres minutos sin aire, no se puede vivir tres horas a la intemperie, no se puede vivir tres días sin agua, no se puede vivir tres semanas sin comida, y no se puede vivir tres segundos con un disparo en el cerebro".

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