sábado, 23 de agosto de 2025

Recordando la Operación Causa Justa: la caída del hombre fuerte de Panamá

Por: CARLOS ANDRÉS COTES M.

El 20 de diciembre de 1989, el cielo y las fronteras panameñas fueron atravesados por una fuerza conjunta de 27.000 soldados estadounidenses. El objetivo: derrocar y capturar al general Manuel Antonio Noriega, el dictador que había pasado de aliado estratégico de Washington a enemigo declarado, acusado de narcotráfico, fraude electoral y represión política. Fue la mayor operación militar de Estados Unidos desde Vietnam, y duró poco
más de cuarenta días.

Comprender el origen de esta ofensiva exige analizar el valor estratégico del canal de Panamá, eje vital para el comercio global y la proyección militar. Desde mediados del siglo XX, Washington mantuvo una relación estrecha con Panamá para asegurar el control de esa arteria geopolítica. En los años sesenta, Noriega, joven oficial de inteligencia, colaboraba con la CIA, entregando información sobre Cuba y Nicaragua, y permitiendo el libre tránsito militar estadounidense. Tras la muerte del general Omar Torrijos en 1981, Noriega ascendió hasta convertirse en líder de facto en 1983.

Pero bajo esa fachada de cooperación, tejía alianzas con Fidel Castro, armaba a los sandinistas y facilitaba operaciones a carteles de droga, incluyendo el de Pablo Escobar. Los informes de inteligencia revelaron su doble juego y, en 1989, tras anular unas elecciones que lo desfavorecían, se convirtió en un objetivo prioritario para la Casa Blanca. Estados Unidos impuso sanciones, incrementó ejercicios militares y, tras un incidente en el que murió un soldado norteamericano, el presidente George H. W. Bush autorizó la Operación Causa Justa.

El asalto inició la noche del 19 de diciembre. Bombardeos, ataques aéreos y desembarcos simultáneos por tierra, mar y aire desbordaron la capacidad de las Fuerzas de Defensa Panameñas, compuestas por unos 16.000 hombres. Aeronaves, barcos y cuarteles fueron neutralizados en horas; las calles de Ciudad de Panamá se transformaron en un campo de combate urbano.

La captura de Noriega, sin embargo, no fue inmediata. Refugiado en la nunciatura apostólica, fue sometido a una operación especial: Nifty Package. Las tropas rodearon el edificio durante días, aplicando guerra psicológica a base de altavoces con música rock y rap a alto volumen, motores rugiendo y helicópteros sobrevolando. La Santa Sede protestó por estas tácticas, mientras la presión aumentaba. El 3 de enero de 1990, Noriega salió voluntariamente y se entregó.

Monseñor José Sebastián Laboa, representante vaticano, aseguró que lo convenció apelando a la razón, afirmando que “la psicología es más poderosa que el ruido”. Con su arresto y extradición a Estados Unidos, cayó una narcodictadura que había desafiado a su antiguo aliado. La Operación Causa Justa dejó claro que, para Washington, la seguridad del canal y la lucha contra el narcotráfico podían justificar una invasión a gran escala.

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